Para Dewey (1998) la democracia es vista como un modo de vida en vez de una simple forma de gobierno, es la clave para llegar al punto más alto del desarrollo en sociedad de las facultades humanizadas de cada individuo. Lo importante en la democracia no son las instituciones políticas, ni los mecanismos de elección a los que la comunidad se adapta, sino algo que forma parte de la vida cotidiana en las familias, vecinos y ciudadanía en general. Esta democracia que mejoraría la calidad de gobierno no surge desde lo macro a lo micro; más bien va de las partes al todo, encontrando su origen en la forma de vida de cada individuo.

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​Es aquí donde entra a hacer parte importante la educación como un medio para formar ciudadanos que vivan la democracia, diseñando ambientes de aprendizaje que faciliten esta forma de vida. “Nosotros nunca educamos directamente, sino de, forma indirecta por medio del ambiente. Constituye una gran diferencia el que permitamos al ambiente realizar su obra o que organicemos ambientes con este propósito. Y todo medio ambiente es casual en lo que concierne a su influencia educativa si no se le regula deliberadamente con referencia a su efecto educativo. “ (Dewey, 1998, pág. 28)